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Mostrando entradas de 2015

El 2015 y la milagrosa economía boliviana

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Es tiempo de evaluaciones, y desde la perspectiva de este servidor, el título de este artículo es el mejor resumen posible para describir lo que ha pasado en la economía de nuestro país. Cuando comenzamos este año ya sabíamos que los precios de las materias primas venían en bajada, no sólo los de los hidrocarburos, que empezaron su derrumbe en el segundo semestre del 2014, sino también los de los minerales y alimentos, que ya vienen cayendo desde 2013. Sin embargo, lo que no sabíamos era la magnitud de la caída, los cuales han llegado a tocar niveles mínimos en lo que va de la década, con perspectivas aún más   desalentadoras para el 2016, dados los cambios en la política monetaria de Estados Unidos. En el caso de los hidrocarburos, se cierra el año con valores inferiores (entre 35 y 36 dólares/barril) a los de finales de 2008 y principios de 2009, cuando el barril de petróleo, en promedio, estaba en torno a los 41 dólares, con el agravante de que en ese momento el period

Los errores en el Ministerio de Economía

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La realidad del modelo económico del actual gobierno, que dicho sea de paso es un conjunto de políticas económicas ortodoxas a las cuales el adjetivo de “modelo” le queda grande, es que este se ha basado en el incentivo a la demanda agregada, impulsada principalmente por el fuerte gasto público, tanto de inversión como de consumo, y que es posible de sostener gracias al extraordinario aumento en el ingreso por exportaciones de gas. Primer dato: en el 2005 se pagaba algo más de 1 dólar por millón de BTU’s exportado, mientras que en el 2014 se pagó casi 9 dólares, y en ambos casos se usaba el mismo método para determinar el precio. Ahora bien, aun cuando es evidente que el ciclo de precios altos ha terminado, el gobierno sigue impulsando un crecimiento basado en el gasto público, lo que se ha reflejado en el fuerte endeudamiento que se está planificando contraer, y aunque esto puede generar serios desequilibrios en las cuentas fiscales, no es el principal problema. El problema m

La crisis griega y sus impactos para Bolivia

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Sin duda, la crisis que enfrenta Grecia ante la posibilidad de un default y posterior salida del Euro, en los próximos días, ha sido y será la noticia en el mundo económico. Si uno quisiera explicar rápidamente que ha sucedido para que este país llegue a las instancias actuales, el relato puede fácilmente ser calificado como una “tragedia griega”. Los orígenes de la crisis no son recientes ni de exclusiva responsabilidad del actual gobierno. Empiezan en la época en la que la burbuja europea estaba en pleno auge, momento en el que la expansión del aparato público se desata casi sin control. Un ejemplo para cuantificar este punto: en el 2007, un año antes de que empiecen los problemas en la Zona Euro, el aparato público griego contrataba, directa e indirectamente, a cerca de un millón de personas, casi el 10% de la población del país. Evidentemente, gran parte de estos empleados públicos estaban al servicio de empresas estatales, las cuales llegaron a sumar más de 300 en el 2008,

Tres reformas urgentes para la economía de Bolivia

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Ahora que la tendencia alcista de los precios de las materias primas, que sostuvieron a la economía boliviana durante los últimos 10 años, está empezando a moderarse y vuelve a sendas menos expansionistas, es hora de empezar a pensar en las reformas estructurales que se han venido aplazando en el país. En concreto, me refiero a tres problemas que además de no haber sido atendidos, se han ido profundizando conforme el foco de la propaganda gubernamental se centraba en los indicadores macroeconómicos. El primero de ellos es el empleo, durante la última década hemos visto como el desempleo ha pasado de cifras cercanas de dos dígitos a menos del 3% en el 2014 (según la OIT), un hecho positivo sin duda y que ha servido para colocar al país dentro de los que menor desempleo muestra en la región. Sin embargo, poco y nada se ha avanzado en la calidad del empleo. De hecho, cuando observamos la informalidad en el ámbito laboral, esta ha pasado de estar en torno al 75% en el 2005 a algo

La necesidad de una política industrial 2.0

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Para exportar soya, nuestro tercer producto de mayor exportación y un bien primario por definición, es necesario desarrollar una serie de habilidades que van desde los servicios logísticos, para almacenar y transportar el grano, la industria agro-química, o al menos las capacidades para su aplicación, el manejo adecuado de las semillas, la metalmecánica, para solucionar los problemas de la maquinaria que se utiliza en esa actividad y muchas otras más que se constituyen en capacidades muy complejas pero para nada específicas. Son complejas, ya que requieren de planificación, grandes cantidades de información y coordinación entre cada una de ellas para que toda la cadena funcione, sin embargo no son específicas, ya que una vez desarrolladas pueden aplicarse a muchas otras actividades o constituirse en actividades relevantes para la economía en sí mismas. Ahora bien, la minería y los hidrocarburos, nuestras principales exportaciones, también requieren del desarrollo de habilidades

La brecha salarial en Bolivia

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Hoy, 1 de mayo, me pareció interesante revisar uno de los puntos que más atención ha estado recibiendo en el ámbito laboral en los últimos meses: la brecha salarial entre hombres y mujeres. Para eso utilicé los datos de la Encuesta de Hogares del 2012 (la última disponible) para el área urbana del país y sólo tomando en cuenta a la población ocupada. Como se muestra en el gráfico, el salario promedio por hora de los hombres suele ser entre 20 y 40% más alto que el de una mujer a un mismo nivel educativo, algo, lamentablemente, esperado y en línea con lo que sucede a nivel mundial. Ahora bien, esta diferencia tiende a caer cuanto mayor grado de educación alcanzan las mujeres e incluso, en la muestra utilizada, esta diferencia tiende a invertirse en los niveles educativos más altos, lo que podría explicar el porqué de la gran demanda de post-grados que solemos ver en la actualidad, pero también nos muestra la respuesta, aunque obvia, para reducir esta brecha: educación, educación y má

No sólo es la macroeconomía, son las instituciones!

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Algo que se ha resaltado mucho en los últimos años ha sido el crecimiento económico, la estabilidad política y social y la inclusión de una gran parte de la población, tanto en los circuitos políticos como de mercado. En muchos sentidos estas afirmaciones son ciertas, sin embargo no son productos, por así decirlo, de una política “instantánea”, sino que son resultados de procesos de larga data. Por ejemplo, el crecimiento es resultado de factores como la estabilidad macroeconómica, que se logró a mediados de los años 80’s, junto con un extraordinario crecimiento en los precios de las materias primas que pudieron ser aprovechados por la maduración de proyectos, como el de la venta de gas a Brasil, que comenzaron en la década de los 70’s. Evidentemente, los cambios en los político y social permitieron disipar las tensiones en algunos sectores disconformes de la población, lo que a su vez genera, de alguna manera, una mayor inclusión en lo económico y por lo tanto un mercado i