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Hora de repensar el “modelo”

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Con alegría, mucha debo decir, vi al Presidente dar un informe patrio en el que por fin se admitieron muchos de los problemas sobre los que varios venimos advirtiendo desde hace bastante tiempo. Digo que es bueno porque, en general, la negación como política de Estado, no es buena. Ahora bien, es claro que la admisión no ha sido de ninguna manera fácil, sino que en alguna medida ha sido obligada por varios factores, de los cuales voy a señalar los tres que creo más importantes y que marcan la necesidad de repensar este conjunto de medidas económicas, llamadas de forma muy suelta “modelo”. El primer motivo es, sin duda alguna, el de los precios internacionales de las materias primas, los cuales  fueron, son y seguirán siendo relevantes para la economía nacional, contrariamente a lo que se ha intentado posicionar en los últimos años. Es más, durante estos últimos 10 años la dependencia se ha incrementado, no sólo porque nuestras exportaciones primarias se han incrementa

Lo tangible de la economía digital: Pokémon Go

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Primera cifra: un incremento en el valor accionario de algo más del 75%, lo que equivale a un aumento superior a los 13.000 millones de dólares, usando casi exclusivamente tecnologías gratuitas, y esto en sólo una semana. Segunda cifra: superar en número de usuarios a cualquier empresa de servicios a nivel mundial y quitarle casi 20% del tiempo de atención al medio de difusión más importante en el planeta, para convertirse, casi con seguridad, en uno de los productos más conocidos del mundo, aun cuando inicialmente sólo se pueda usar oficialmente en tres o cinco países. Tercera cifra: la inversión que requiere no supera los 200 mil dólares. Dicho así, podría pensar que lo que le planteo es un negocio fantástico e irreal o, en el mejor de los casos, ilícito; pero los datos son correctos, y son los que está obteniendo Nintendo con su aplicación Pokemon Go. Qué es? Pokémon Go, es lo que muchos llamarían un “jueguito”, lanzado inicialmente para Estados Unidos, Australia y Nueva

Los monumentos de la inversión pública

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Durante los últimos años, nos hemos acostumbrado a ver y evaluar a los gobiernos en función de las obras que entregan: mientras más grandes y rimbombantes, el gobierno es mejor. Y claro, mientras esto es exigido por la sociedad, la clase política lo va a usufructuar, por lo tanto, mientras más obras para poner una placa, cartel u otro elemento que diga quien lo hizo, mejor. Esta “municipal” forma relación entre la sociedad y el gobierno, en la última década, se ha extendido incluso al nivel central de gobierno, algo que está explicado a partir de innegables deficiencias en infraestructura, ciertamente, pero también esta responde al gran influjo de recursos que hemos recibido como país, lo que le ha dado al gobierno una extraordinaria holgura para encarar todo tipo de proyectos, desde aquellos pequeños pero claramente necesarios, como los de una posta sanitaria en alguna comunidad alejada, hasta algunos faraónicos y de dudosa rentabilidad, como es el caso de la planta procesadora d

El incremento salarial y los incentivos perversos

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Durante los últimos 10 años, la gran cantidad de recursos que el país ha percibido, le han permitido al gobierno la aplicación de políticas públicas ineficientes y hasta destructivas de las bases económicas sobre las que se sostiene una economía estable en el largo plazo. Una ejemplo claro es la política salarial y laboral, que en conjunto han establecido un esquema de incentivos perversos que, hoy, ante la ya innegable desaceleración de la economía, tendrán sus efectos en el corto y mediano plazo. Para explicar que se ha hecho mal, es necesario partir de lo que sucedería en un mundo ideal a la hora de negociar un incremento al salario. En primer lugar, los empleadores evaluarían la pertinencia o no de un incremento salarial en función de dos elementos: la variación de costos que han enfrentado y la productividad de sus trabajadores. Si esta última variable muestra incrementos más altos que los observados en los costos que enfrenta el empleador, este tendrá ganancias extraordina