Argentina - Bolivia, el arbitraje en cuestión.
Aunque parezca que pienso hablar
sobre uno de los escasos momentos de alegría que nos dio nuestra selección de fútbol, lamento informarle que no es así, más bien me voy a referir a lo que
puede pasar si las políticas cambiarias en ambos países siguen como van.
Me explico, justo después de que
Cristina Fernández ganara la reelección en Argentina, se empezó a aplicar una
serie de medidas cambiarias dirigidas a controlar la fuga de divisas que ese
país ha estado enfrentado. La norma contempla, por ejemplo, cupos para la compra
de dólares en función de los ingresos (a través de un permiso on-line que debe sacar quien quiera
comprar dólares), justificaciones sobre el qué y para que se necesitan esos
dólares y otra serie de medidas. Obviamente, estas medidas desembocaron en un
incipiente mercado paralelo (mientras el tipo de cambio oficial está a 4,23, el
tipo de cambio paralelo esta en el orden de los 5 pesos por dólar).
Por otro lado, la re-valuación
cambiaria en Bolivia sigue su curso y todo parece indicar que el gobierno está
decidido a seguir aplicando pequeñas reducciones en el tipo de cambio con el
fin de controlar las presiones inflacionarias, de hecho, como usted sabe, hace poco
el dólar ha vuelto a bajar un punto. Ahora bien, ¿a qué viene toda esta
explicación?, pues bien, resulta que en economía “arbitraje” significa comprar
barato en un lugar, para vender caro en otro y es precisamente lo que podría
pasar con el dólar entre Bolivia y Argentina (si no está sucediendo ya).
Revisando los datos de los bancos
centrales de ambos países, desde 2006 a la fecha, el tipo de cambio entre el boliviano
y el peso argentino ha caído de 2,67 a 1,64. Es decir, el boliviano se ha
encarecido en algo más del 60% respecto del peso argentino, cosa que implica
que el dólar es cada vez más barato en Bolivia y cada vez más caro en la
Argentina.
Aquí un ejemplo, quien conoce
Villazon, sabe que el puente que separa a Bolivia de Argentina no tiene más de
50 metros. Además, quien ha ido en los últimos seis meses a esta frontera,
sabrá también que de un tiempo a esta parte, la calle que lleva al puente
binacional ha cambiado paulatinamente marquesinas de comercios de electrodomésticos,
juguetes, ropa y otros productos, por letreros de casas de cambio. La pregunta
entonces es ¿por qué?, y la respuesta es básicamente porque el arbitraje del dólar
ofrece un mejor negocio, libre de riesgos, inventarios e incluso impuestos. En
otras palabras, es mejor comprar dólares (baratos) en Bolivia y venderlos
(caros) en Argentina, ¡que ademas está a solo 50 metros de distancia!.
Obviamente esta actividad no es
legal, por lo que cuantificar la cantidad de dólares que salen no es tarea fácil
(además con 12 mil millones de dólares en reservas, por ahora, el monto no
debería importar mucho), sin embargo el problema está en que mas allá de la
falta de carácter “productivo” del comercio fronterizo, la actividad cambiaria
no genera la misma cantidad de empleo, directo e indirecto, que el comercio.
También, se debe tomar en
cuenta que la actividad comercial permite, a veces más a veces menos, la
competencia entre actores de diversos tamaños, cosa que el arbitraje no. Para
lograr sacar réditos del arbitraje, el capital con el que se debe contar es
bastante alto, ya que ganar un centavo o menos por dólar no se justifica si su
capital es de mil dólares, pero si esta cifra está por encima de los 15 o 20
mil dólares la situación es diferente. Esto implica que las “oportunidades”
que ofrece la política cambiaria están restringidas solo para unos pocos: “los
grandes capitalistas”, mientras que hace cada vez mas inviables las actividades
económicas para los pequeños comerciantes.
Por lo tanto, usar el tipo de
cambio para controlar la inflación es útil solo hasta el punto en el que los
beneficios para la sociedad son mayores a los costos. Balance que también
depende de lo que hacen nuestros vecinos, cosa que las autoridades deben tomar
en cuenta.
P.D.: el gráfico muestra la evolución del tipo de cambio nominal a la venta en ambos países, expresado en indice para poder compararlo directamente, como se puede ver la brecha cambiaria se ha ido acrecentando a partir de mediados de 2008.
Articulo publicado en Pagina Siete
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