Compliquemos el futuro: regulemos las tasas de interés
Una de las primeras cosas que nos enseñan a los
economistas cuando empezamos a estudiar es que el ahorro es igual a la inversión.
Evidentemente, como muchas de las cosas que aprendemos en la universidad, esta
es una simplificación extrema, hecha con el único fin de facilitar la comprensión
de la realidad. Sin embargo, en este caso específico la cosa es más o menos
acertada. A continuación le explico el porqué.
Cuando usted, estimado lector, decide ahorrar, lo que
esta haciendo es reducir su consumo en el presente a cambio de mayores niveles
de consumo en el futuro (por ahora dejemos de lado los motivos que lo llevan a preferir
el consumo futuro por sobre el consumo presente). Si muchas personas deciden
hacer lo mismo, lo que va a pasar es que la tasa de interés que va a ganar por su
ahorro va a tender a bajar. La lógica es simple, como todos reducen su consumo
en el presente, el dinero disponible en el banco aumenta y dado que al final
del día el negocio del banco consiste en prestar la plata que usted ahorra, no
les quedara otra que bajar las tasas de interés.
Es aquí donde empieza lo importante, ¿como se transforma
el ahorro en inversión? Resulta que si usted es un empresario (que esta
consiente de qué montar una empresa toma tiempo), cuando ve que todo el mundo decide
dejar de consumir hoy para consumir más en el futuro, entenderá que es el
momento para invertir, ya que en el futuro, cuando usted termine de llevar
adelante su inversión, el mercado será mas grande (porque las familias dejaran
de ahorrar y empezaran a consumir) y por lo tanto usted tendrá el tamaño de mercado
suficiente para justificar su inversión.
Ahora bien, dado que no se puede ir casa por casa para
preguntar quien ahorra y quien no, el empresario necesita una señal que lo
guie, y en este caso esa señal son las tasas de interés. Aquí se debe agregar algo,
las tasas de interés no son solo una señal que le dice al empresario si debe
invertir o no, son también una forma de discernir entre los buenos proyectos de
inversión y aquellos que no lo son, ya que un buen proyecto de inversión (con
buenos estándares de administración, estimaciones de precios y mercado acertadas,
etc.) con seguridad será capaz de pagar tasas de interés mas altas que aquellas
malas empresas. En este punto llegamos a la idea central de este artículo:
regular las tasas de interés no hace más que distorsionar las señales sobre las
que se basan las decisiones de inversión y peor aun, hace viables proyectos que
en condiciones normales no deberían consumir los escasos recursos de la economía
(capital, trabajo y sobre todo talento).
En este punto es probable que usted me diga que los
ahorros en el sistema financiero de Bolivia han superado ya los 12 mil millones
de dólares, lo que claramente sugiere que en el futuro habrá mercado para las
inversiones actuales. Es cierto, sin embargo no debemos olvidar que la cartera
(los prestamos que hizo el sistema financiero) ha superado los 10 mil millones,
lo que quiere decir que una buena parte de los proyectos “rentables” ya han
sido atendidos por el sistema. Por lo tanto, es muy probable que los proyectos que
quedan sean aquellos poco rentables.
Para finalizar, es cierto que el sistema financiero en
Bolivia adolece de muchos problemas, el más importante quizás, es que en muchos
casos actúan como un cartel. Sin embargo, regular las tasas de interés no es
otra cosa que atacar el síntoma del problema y no el problema en sí. Si
queremos que la banca responda a las necesidades de financiamiento de la gente,
debemos incentivar la competencia entre ellos, para que ofrezcan más y mejores
servicios, amplíen su cobertura, ofrezcan tasas de interés competitivas, etc. Regulando
los intereses muy probablemente logremos solo dos cosas: que los bancos dejen
de prestar, o peor, que se vean obligados a prestar a quien no se le debería prestar.
Esto último es grave por un motivo: los bancos no prestan su dinero, prestan
nuestro dinero.
Articulo publicado en Oxígeno Bolivia
Articulo publicado en Página Siete
Articulo publicado en Oxígeno Bolivia
Articulo publicado en Página Siete
Comentarios
Publicar un comentario